jueves, 7 de junio de 2012

Dívar, el ungido de Dios

Es triste pedir, pero más triste es robar...

(c) La composición es libre y gratuita by Quato.
Si, efectivamente, o malversar fondos públicos, porque aunque la cantidad malversada sea ínfima en el montante de los presupuestos generales del Estado español, incluso en la partida presupuestaria destinada a  la justicia es triste que alguien sea tan tacaño como para pasar determinados gastos como de protocolo o derivados del propio cargo que se ocupa, sin serlo. Y máxime cuando se reconoce que es una menudencia lo que se le reclama.
La ciudadanía no reclama que se devuelva seis, doce o veinticuatro mil euros, tres trajes, dos corbatas o un bolso de Vuitton. Lo que se pide insistentemente es que, una vez ‘sacados a la luz', tengan vergüenza torera, se corten la coleta, dimitan de su cargo político y/o se les inhabilite para cargo público sin tener que pasar por juicio debido a la evidencia y peso 'de las pruebas'. Ahorrando así al contribuyente las costas de un juicio que moralmente, éticamente y socialmente se ha perdido. Se le pidieron explicaciones, se le dio la oportunidad de explicarse y cuando lo hizo ha sido mal, tarde e insuficiente… hecho demostrado en los días siguientes a su ridícula rueda de prensa; pues tanto en las redes sociales como en los medios de comunicación, acuciados por las primeras, han seguido haciéndose eco de esta presión por conseguir su dimisión.
Sinceramente, me da lo mismo, como dice el dicho que sean en su caso ocho que ochenta. Me refiero a que si un obrero de la construcción hurta un saco de cemento porque lo va a vender para poder compensar su sueldo de mierda lo que me produce es lástima, comprenderé que está mal, pero entenderé y casi 'justificaré' la razón por la que se hace. Tal vez hasta le diga si necesitas pan, pídemelo. Sin embargo, no se puede comparar con el ‘hurto’ de estancias en hoteles de cuatro estrellas y cenas de lujo en restaurantes de postín, porque su sueldo bruto es de 261.775,56 euros en 2011(1).
No es por la proporción, es porque no había necesidad, se hizo por pura avaricia, por roñería, por pensar que lo que haces es lo normal, lo habitual y lo que todo el mundo hace, lo hiciste porque lo merecías y mereces, por ser grande, por inusitada soberbia. No, no es por la cuantía, es porque cobrando 1,25 millones de euros en estos cuatro años no se tenía necesidad ninguna de malversar 12.000 cochinos y míseros euros(2) con conocimiento de que se estaba prevaricando o no.
Además, aunque esté ungido por las santificadas manos de tu Dios no significa que esté por encima de cualquier humano. Creerse dios porque Dios te ha llamado, tal vez, sea uno de los mayores pecados que se puedan cometer porque eso significará, es evidente que en su caso lo es, que crea que tiene derecho a ser mejor que el resto de la humanidad. Y dicho esto, recomiendo confesión ante la ciudadanía en primer lugar, que dimita de sus cargos de libre designación y, por último, vaya a hablar a su confesor y admita los tres, al menos, pecados capitales: avaricia, gula y soberbia.

(1) El sueldo bruto sale de sumar lo que cobra por su cargo de Presidente del Consejo General del Poder Judicial y Presidente del Tribunal Supremo, la cuantía corresponde al año 2011. Los años 2008, 2009 y 2010, salvo que falte algún concepto que sume más dinero, ha sido de 331.094,12 euros cada año de los mencionados. Hay que tener en cuenta, que existen dietas asociadas a estos cargos.
(2) Doce mil cochinos euros, significa más dinero de lo que cobra la compañera de mi vida en un año de duro trabajo, con jornadas de nueve y diez horas muchos de los días. Y su labor, para la sociedad, me parece como poco esencial.

A continuación la transcripción de la falsa rueda de prensa de Carlos Dívar, presidente del Consejo General del Poder Judicial ofreció el día 31 de mayo de 2012. Entre corchetes y en amarillo algunos comentarios propios.

«Muchas gracias por su asistencia… Al inicio de la sesión plenaria de hoy e informado a los vocales del Consejo General del Poder Judicial de mi decisión de comparecer [la verdad es que los asesores insistieron una y otra vez hasta que cedió] ante ustedes para expresar a la opinión pública en general y a los jueces y magistrados en particular que lamento profundamente que los acontecimientos de las últimas semanas han producido en la imagen de la justicia española y en las instituciones que representamos en este consejo. [La realidad es que la imagen de la Justicia no tenía porqué haberse menoscabado si, teniendo un nivel mínimo de moralidad y ética social, se hubiera dimitido desde el primer momento tras admitir los ‘devaneos’.] Se trata de una situación que me produce amargura, preocupación porque añade en el seno del poder judicial un elemento de incertidumbre y desconfianza en unos momentos en que, nuestro país, afronta una de las más graves crisis económicas, y precisa de la fortaleza de sus instituciones democráticas. [Repito, de lo que se trata no es de dudar de la Justicia, estamos tan de vuelta que sabemos que el oportunismo, la falta de honestidad, la corrupción, el egoísmo extremo está instalado en todos y cada uno de los estamentos sociales y en cada una de las instituciones que supuestamente velan por la ciudadanía. Lo que no es de recibo es que ni siquiera le amargue por lo que supone para su persona, que es de lo que tiene que preocuparse; sino como dice de terceros, en este caso de la institución de la Justicia. La incertidumbre y la desconfianza, como ya he dicho, viene aparejada en el paquete del 2012. Y claro, tanto te preocupa que sales a la palestra para echar balones fuera y hacer hincapié en la unidad patria y en la precaria situación de la misma, ante la que debemos unirnos. Esto es lo verdaderamente importante, ¿verdad? No que malverses, no que malgastes, no que nos estafes un dinero que no es tuyo; sino de los ciudadanos.] En relación con los hechos denunciados quiero señalar con rotundidad, por lo que a mi respecta, que no existe irregularidad alguna en los viajes cuestionados que han obedecido siempre a actividades relacionadas con mi condición de presidente del consejo; aunque ya se ha puesto de manifiesto, en reiteradas ocasiones, quiero insistir ahora en ninguno de esos desplazamientos ha eludido las normas de control y fiscalización [te creo, pero tu los has pasado, por si colaba ¿no? Como ha sido el caso y ahora cuando pedimos cabezas, nos ofreces la del funcionario]. No obstante, quiero señalar que ante las dudas que se hayan podido suscitar, que siempre he disociado en estos viajes aquella parte de los mismos que tuviera un contenido particular. Y siempre asumí personalmente los gastos derivados de la parte privada. [La cuestión probatoria se cae por sí misma, casi sin entrar en ella, como demuestra esta declaración. Es como si, por cuestión de trabajo, tenga que desplazarme a Paracuellos del Jarama y de paso me quede el fin de semana en sus fiestas locales. Las cañas las pago yo, por supuesto (parte diferenciada y privada del resto); pero el desplazamiento y el alojamiento con alguna cena extra incluida me lo paga mi empresa, que para eso está.] En cuanto a la virtualidad de mi presencia en la provincia de Málaga, en Marbella, tengo que decir que yo viajo con carácter oficial a todos los rincones de España; pero que cuando el desplazamiento es a algún lugar de Andalucía intento conciliar la actividad pública con la presencia en la provincia en que yo nací. [Lo dicho, nada que añadir, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid pues eso que lo tiene muy bien montado y organizado. Hemos de dar gracias a que sólo lo ha intentado, digo conciliar la actividad pública con la privada, porque de otro tenor ahora la factura no sólo sería de unas decenas de miles de euros. Gracias presidente.] Quiero recordar que los miembros de este consejo han venido desempeñando sus funciones durante casi cuatro años, desde la responsabilidad, la honestidad y con plena dedicación para contribuir a la mejora de la justicia en nuestro país. Por ello, insisto, lamento profundamente que se haya cuestionado la probidad, responsabilidad e integridad moral, entre otros, de algún vocal como don Miguel Collado. [Otra vez echando balones fuera, como por ejemplo tú mismo. No hace falta que mire alrededor, no escurra el bulto. De hecho los vocales del consejo general del poder judicial no pensaban votar para botar a este vocal, sino al que tiene el cargo de presidente. No quiero señalar a nadie.]
Quiero [tanto querer me abruma] señalarles por último que hemos acordado en este pleno, por unanimidad, la necesidad de abordar un plan de austeridad y transparencia [no hace falta, sólo unos kilos de honestidad] que profundice en sintonía con el compromiso asumido por este consejo al inicio de su mandato en la racionalidad y claridad de su actuación. Mejorando todos aquellos aspectos que nos hagan más transparentes y responsables ante los ciudadanos. Máxime en unos tiempos de exigencia, de sacrificios personales, institucionales a los que todos estamos obligados. [La transparencia vendida en este párrafo se acabó cuando se preguntó con quién había compartido cenas. Ah, es secreto dijo con sus palabras.] Y ahora, estoy a su disposición para lo que puedan formular.
[Y esta, ciudadanos, es la gran mentira porque sólo permitió seis preguntas, más o menos consensuadas, según cuenta El País digital en su artículo del 31 de mayo de 2012, Contar con un buen asesor de comunicación… no tiene precio; en base a que la reunión del consejo que preside no había terminado. Te ves presionado por la ciudadanía y los medios de comunicación que se hacen eco de la misma a dar la cara y luego escondes la misma en un discurso que busca nada más que aunar esfuerzos en pro de un salvamento acuciante de las instituciones y del país entero. Como si los ciudadanos fuéramos responsables de sus malversaciones, regañándonos como a niños por haber protestado, por haber ‘retado’ ante una injusticia.]


Aquí está el vídeo íntegro de su cuadrado de prensa:



«Nuestra necedad, nuestra razón de ser»
Gobierno de España. Como Dios manda.

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